domingo, 17 de mayo de 2009

POEMA de Clara Janés

Pinos junto al mar
y el aire sin límites
y la luz de la tarde
entre los troncos.
Así es la oración:
que la luz y los pinos y el mar
entren dentro de ti.
Eso es todo.
No hay lobos.
No hay corderos.
Sólo un camino
y unas matas de remata.

jueves, 14 de mayo de 2009

Limpiar

BismiLah ar Rahman ir Rahim

Queridas Hermanas de Madrid,

Llevo una semana pensando cómo esribir este texto y todavía ahora me siento frente al ordenador sin saber si una vez más voy a abrir mi bocota imprudentemente o si realmente debo compartir esta reflexión con ustedes. Pero como es algo que vuelve constantemente a mi corazón he decidio escribirlo y quizá entre todas puedan ayudarme a verlo más claro con sus propias opiniones y percepciones.

Como saben de sobra últimamente no aparezco por el diker. Antes de que naciera Halima, una de las cosas que me hacía sentir bien era poder dejarlo todo limpio después de cada reunión. En aquel entonces nos reuníamos en Arati y armarme con la mopa, sacar cualquier rastro de nuestra presencia (es decir, de nuestras galletas, tés, etc), recoger toda la basura (vasos, servilletas) y sacarlos al contenedor de la calle era un acto de simpatía por nuestros anfitriones, para que no tuvieran que hacerlo ellos mismos al día siguiente o, peor, clavarse un hueso de datil al hacer sus sadanas. Además lo vivía como un acto de servicio para nuestra yamat y para nuestro Sheik. Y me sentía orgullosa de saber que nuestros anfitriones del centro estaban contentos con nosotros y nuestra presencia.

Un día hace algunos meses me tocó escuchar cómo otros anfitriones de uno de los centros en los que hemos estado, comentaban que éramos sucios y desconsiderados y que la sala quedaba hecha una pena cada vez que nos la alquilaban a nosotros. No supe si me dio más vergüenza por mí misma o por el nombre de nuestra tariqa y de nuestro Sheik. Mawlana puede ser muchas cosas, pero sobre todo no es sucio y no es en modo alguno desconsiderado, y creo que es imperdonable que demos esa imagen de él (o de nosotros mismos que nos decimos sus discípulos).

En fin, que como ya casi nunca voy al diker no sé si el grupo está organizado o no, tanto para recibir y atender a nuestros invitados (que son TODAS y CADA UNA de las personas que vienen al dhiker por primera, segunda o tercera vez), como para dejar la sala igual o mejor que cuando entramos, pero el último viernes me sentí sorprendida (y honestamente enfadada y decepcionada y aquí es cuando digo que no sé si es un tema que yo me tengo que trabajar y mirar en mí misma o de verdad es una cosa que atañe a todo el grupo) de ser la única persona que al acercarse el final de la reunión se ponía a recoger basura y limpiar. Siento mucho si molesté a algunas de las personas a las que le pedí ayuda en ese momento. Realmente a mí no me toca cargar con esto a nadie, como mucho hacerme responsable yo misma.

Yo sé que cada una tiene un trabajo arduo en nuestra vida diaria y dentro de la yamat, y que todas somos invitadas de Mawlana en el diker, pero precisamente por eso siento que deberíamos corresponder con un poquitín de trabajo para que cada sala a la que vamos se quede llena de Su luz y no de nuestra mugre. Quizá exagero, pero a mí eso me hace pensar: ¿cómo podemos esperar que Mawlana limpie nuestros corazones si no somos capaces ni de limpiar el sitio en el que hemos estado?

En fin, escribo esto con la intención de que podamos (yo la primera) ir puliéndonos de verdad y haciendo las cosas mejor por nosotras mismas y por la stisfacción de nuestro Sheik. Ya me dirán lo que opinan si lo consideran oportuno y sinceramente les pido perdón si alguna se ha sentido molesta por mis palabras.

Un abrazo fuerte, Nashma

martes, 12 de mayo de 2009

QUIEN PERDIO SUS LENTILLAS ?

En el último diker de mujeres alguien debió de perder unas lentillas, me las encontré detrás del arcón, si alguien lleva todo este tiempo viendo nublado que se ponga en contacto conmigo, las llevaré el viernes y todo volverá como si nada hubiera pasado... Besos.

domingo, 10 de mayo de 2009

Râbi`a

Buenas noches a todas

Os envío un artículo que he escrito sobre la vida de Râbi`a, la mística iraquí del siglo VIII.

Un fuerte abrazo.




Râbi`a Al- Àdawiyya: la cuarta hacia el Uno

La vida de Râbi`a puede ser expresada en una sola frase. La mística de Basora hizo sólo una cosa en su vida: amar a Dios. Como casi todos los grandes viajes, su nombre anuncia una paradoja: era la cuarta hija de un matrimonio pobre y por eso la llamaron Râbi`a, la cuarta, y por eso también se fue a la raíz para desprenderse de sí y sustituir el cuatro por el uno. Sólo una cosa hizo: amar completamente a Dios.

El corazón de Râbi`a no tenía espacio para nada más: la belleza de la creación le parecía insuficiente, la posibilidad del matrimonio incompatible con su vocación, la promesa del Paraíso un velo, el temor al Infierno otro, ella no tenía tiempo ni para rechazar a Satán ni para atender al Profeta; emprendió su peregrinación a La Meca y cuando la Kaaba salió a recibirla también se lamentó de no poder ir más allá de la Morada para alcanzar al Morador. La ilaha ilallah. No hay más realidad que Él. Radical e imposible fue su postura. Al dualismo que es la respiración también hubiera querido saltárselo. Escapar de su condición humana, de esta vida que para ella separaba, ir siempre un poco más allá y morir antes de morir. Salirse de sí para sumergirse en Dios, ese océano. Su piel desvanecida en átomos que nadan por el mar, hecha una con el Uno, vertida por fin en Él, sus lágrimas borrando los límites de su cuerpo y su corazón convertido en espejo del espejo. Los peces multiplicándose en su corazón.

Comprendida la inevitable ineficacia de las palabras, lo demás es danzar con su vida y sus anécdotas para hacer de ellas un espejo de nuestras almas.

La historia de Râbià, teñida de leyendas, está recogida en algunos textos desde el siglo X. Farîduddîn `Attâr habló extensamente de ella en Memorias de los Amigos de Dios. La santa nació en Basora, ciudad iraquí, hacia el 95/714 o 99/717. Su familia era tan pobre que en la casa donde vino al mundo no había ni una gota de mantequilla con la que untar su ombligo, ni una lámpara para alumbrarla, ni un pedazo de tela con el que envolver su cuerpo. Cuarta hija del matrimonio, recibió su nombre de esta condición. Quedó huérfana muy pequeña, fue vendida como esclava a un hombre, y cuando éste se asomó una noche a la habitación de la joven y comprobó que ella rezaba sin descanso y emitía una extraña y purísima luz, puso su destino en sus manos: puedes marcharte si quieres, le dijo; eres libre.

Entonces Râbi`a partió hacia el desierto, templo infinito de ascetas y sedientos de Dios, escenario de pruebas, máquina del tiempo, bruñidor de corazones. El proceso que Râbi`a vivió allí queda suspendido en los márgenes de su historia como una oquedad. Como los años de formación de Jesús. Como el Secreto de la Flor.

Al cabo del tiempo Râbi`a regresó a Basora, ciudad floreciente en la confluencia del Tigris y el Eúfrates, Venecia del Próximo Oriente, lugar de paso para el tráfico fluvial, las caravanas y los peregrinos, punto de partida de los viajes de Simbad. Allí, Râbi`a construyó una cabaña pequeña con la intención de dedicar su vida a la oración. La techumbre era de ramas secas y quizá un poco de estiércol. Dentro sólo (y esto lo cuenta Muhammad ibn´Amr) una estera de juncos, unos trébedes de caña persa de dos metros de alto, un cántaro para sus abluciones, un odre y una especie de manto (como el manto con el que la reina Mab recubría a las personas tristes para devolverles la esperanza), que le servía a un tiempo de lecho y de alfombra de oración.

Râbi`a pasaba las noches en vela rezando sin descanso. Envuelta en su manto, separada ya del mundo por el silencio, creía por fin quedarse a solas con su Señor. Para que pudiera romperse por fin la distancia, Râbi`a lloraba. Sus lágrimas eran la cifra de su sed. No admitía dones, asumía con alegría las enfermedades que le venían, renunció al matrimonio una y otra vez, hasta ella llegaban buscadores espirituales de tierras cercanas y lejanas persiguiendo su consejo y un destello en su faz de la luz de Dios. “Cuando amo a Dios, soy el oído por el que Él oye, el pie con el que Él anda, la lengua con la que Él habla”, dice el hadiz del Profeta.

Râbi`a persiguió la intimidad con Dios y dejó que su cuerpo asumiera su vida pública. Un pie completamente en el ahora, y el otro en la eternidad, allá lejos. Fue maestra, consejera, participó en las veladas de rememoración de los Nombres Divinos que se celebraban en Basora, y cuando no acudía a la asamblea en la que su discípulo Hasan pronunciaba habitualmente sus sermones, éste prefería callar. Era la escucha de Râbi`a lo único que le interesaba.

La anhelada muerte, para ella puente entre el amante y el Amado, puerta para la fusión, ese zambullido, le llegó hacia el año 185/801, con más de ochenta primaveras. Unos maestros que fueron tiempo después a visitar su tumba la oyeron exclamar que era hermoso lo que había sucedido; que había hecho lo que debía y encontrado el camino recto; que sólo sabio era Dios.

Siglos después, cuando el canciller de Luis IX, Joinville, regresó de la séptima cruzada (siglo XIII) trajo a Europa noticias de un dominico que hablaba el sarraceno y que se había encontrado a una anciana con un cuenco lleno de fuego en la mano derecha y un frasco con agua en la izquierda. Quería, contó el fraile, quemar el Paraíso y extinguir el fuego del Infierno, para que los humanos sólo pudieran amar a Dios por Dios. O lo que es lo mismo: fusionar los dualismos, disolver el ritmo de la respiración, romper las leyes que rigen la vida de las criaturas, convertirnos a todos en Dios: el Uno.

Porque no somos, la ilaha ilallah, y éste es el mensaje de la santa de Basora, otra cosa.


BIBLIOGRAFÍA
BENEITO, Pablo (ed.): Mujeres de luz. La mística femenina, lo femenino en la mística. Madrid, Trotta, 2001.
CHODKIEWICZ, Michel: “La santidad femenina en el Islam”. Revista “Sufi”, URL: http://www.nematollahi.com/revistasufi/leerimp.php?articulo=89.
MAWLANA SHEIKH NAZIM AL HAQQANI: Amor. Argentina, SereSeres Ediciones, 2003.
NURBAKHSH, Javad: Mujeres sufíes. Madrid, Ediciones Nur, 1999.
SHAH, Idries: Los sufis. Barcelona, Kairós, 2006.
SCHIMMEL, Annemarie: Las dimensiones místicas del Islam. Madrid, Trotta, 2002.
----------: Introducción al sufismo. Barcelona, Kairós, 2007.
TABUYO ORTEGA, María: Râbi`a Al-`Adawiyya. Dichos y canciones de una mística sufí (siglo VIII). Barcelona, Olañeta, 2006.
VEGA, C.: Râbi`a Al `Adawiyya. Paloma de luz y lumbre. Madrid, Editorial Darek-Nyumba, 2002.


Mardía

martes, 5 de mayo de 2009

Invitación para el finde

Salam Aleykum queridas hermanas !
El próximo fin de semana, 9 y 10 de mayo, he organizado un taller de Constelaciones Familiares aquí en Villalba. La facilitadora es Mati, q no sólo es una amiga del alma sino una profesional de primer nivel, formada con Bert Hellinger.
Estais todas invitadas a compartir este maravilloso trabajo de explorar las raíces del Amor.
Lugar: Aquariohm, Zoco de Villalba. Horario: 9-14pm y 16-20pm.
Basta que me confirmeis en el 644 42 01 48 / mjosevilla@yahoo.es
Espero vuestras noticias! Un abrazo de corazón, Bahía.

lunes, 4 de mayo de 2009

El ángel de los niños

El otro día mi hijo pequeño salió de la guardería con sus manitas llenas de regalos, una flor de madera en una mano y en la otra un folio enrollado atado con un lazo. Y este es el cuento que venía escrito en la hoja:
"Cuenta una leyenda que a un angelito que estaba en el cielo, le tocó su turno de nacer como niño y le dijo un día a Dios:
- Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra. Pero ¿cómo vivir?, tan pequeño e indefenso como soy.
- Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te está esperando y te cuidará.
- Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreir, eso basta para ser feliz.
- Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
- ¿Y cómo entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
- Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
- ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
- Tu ángel tomará tus manitas te enseñará a orar y podrás hablarme.
- He oído que en la tierra hay hombres malos. ¿Quién me defenderá?
- Tu ángel te defenderá más aún a costa de su propia vida.
- Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
- Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.

En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso repetía, con lágrimas en sus ojitos, sollozando..

- ¡Dios mío, si ya me voy dime su nombre!. ¿Cómo se llama mi ángel?
- Su nombre no importa, tú le dirás: MAMÁ."

Doy gracias a Dios por todas las mamás, por el amor, paciencia, esfuerzo y fortaleza de todas ellas y por haberme dado el regalo de ser madre. Y gracias muy especiales a mi ángel, a mi madre.
Un abrazo de corazón.