BismiLah ar Rahman ir Rahim
Queridas Hermanas de Madrid,
Llevo una semana pensando cómo esribir este texto y todavía ahora me siento frente al ordenador sin saber si una vez más voy a abrir mi bocota imprudentemente o si realmente debo compartir esta reflexión con ustedes. Pero como es algo que vuelve constantemente a mi corazón he decidio escribirlo y quizá entre todas puedan ayudarme a verlo más claro con sus propias opiniones y percepciones.
Como saben de sobra últimamente no aparezco por el diker. Antes de que naciera Halima, una de las cosas que me hacía sentir bien era poder dejarlo todo limpio después de cada reunión. En aquel entonces nos reuníamos en Arati y armarme con la mopa, sacar cualquier rastro de nuestra presencia (es decir, de nuestras galletas, tés, etc), recoger toda la basura (vasos, servilletas) y sacarlos al contenedor de la calle era un acto de simpatía por nuestros anfitriones, para que no tuvieran que hacerlo ellos mismos al día siguiente o, peor, clavarse un hueso de datil al hacer sus sadanas. Además lo vivía como un acto de servicio para nuestra yamat y para nuestro Sheik. Y me sentía orgullosa de saber que nuestros anfitriones del centro estaban contentos con nosotros y nuestra presencia.
Un día hace algunos meses me tocó escuchar cómo otros anfitriones de uno de los centros en los que hemos estado, comentaban que éramos sucios y desconsiderados y que la sala quedaba hecha una pena cada vez que nos la alquilaban a nosotros. No supe si me dio más vergüenza por mí misma o por el nombre de nuestra tariqa y de nuestro Sheik. Mawlana puede ser muchas cosas, pero sobre todo no es sucio y no es en modo alguno desconsiderado, y creo que es imperdonable que demos esa imagen de él (o de nosotros mismos que nos decimos sus discípulos).
En fin, que como ya casi nunca voy al diker no sé si el grupo está organizado o no, tanto para recibir y atender a nuestros invitados (que son TODAS y CADA UNA de las personas que vienen al dhiker por primera, segunda o tercera vez), como para dejar la sala igual o mejor que cuando entramos, pero el último viernes me sentí sorprendida (y honestamente enfadada y decepcionada y aquí es cuando digo que no sé si es un tema que yo me tengo que trabajar y mirar en mí misma o de verdad es una cosa que atañe a todo el grupo) de ser la única persona que al acercarse el final de la reunión se ponía a recoger basura y limpiar. Siento mucho si molesté a algunas de las personas a las que le pedí ayuda en ese momento. Realmente a mí no me toca cargar con esto a nadie, como mucho hacerme responsable yo misma.
Yo sé que cada una tiene un trabajo arduo en nuestra vida diaria y dentro de la yamat, y que todas somos invitadas de Mawlana en el diker, pero precisamente por eso siento que deberíamos corresponder con un poquitín de trabajo para que cada sala a la que vamos se quede llena de Su luz y no de nuestra mugre. Quizá exagero, pero a mí eso me hace pensar: ¿cómo podemos esperar que Mawlana limpie nuestros corazones si no somos capaces ni de limpiar el sitio en el que hemos estado?
En fin, escribo esto con la intención de que podamos (yo la primera) ir puliéndonos de verdad y haciendo las cosas mejor por nosotras mismas y por la stisfacción de nuestro Sheik. Ya me dirán lo que opinan si lo consideran oportuno y sinceramente les pido perdón si alguna se ha sentido molesta por mis palabras.
Un abrazo fuerte, Nashma
jueves, 14 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Salams a todas!
ResponderEliminarQuerida Nashma comparto contigo tu reflexion.Estamos al servicio de nuestro Sheik y una manera de honrarle es dejando su presencia en cada acto que hacemos.Los dkr forman parte de ello y no una reunion de crecimiento personal individual.El amor que siento a Mawlana me hace sufrir cuando veo que no utilizamos cada acto en el que EL nos invita a acercarnos a su presencia incluida la limpieza de los espacios que utilizamos para reunirnos.No sirve mucho ir a Chipre y fregar alli los platos porque eso da Baraka cuando se nos esta invitando continuamente a que sigamos realizando ese trabajo en el sitio en el que EL cree que debemos estar.Alimentemos nuestro cariño en cada momento en el que Mawlana nos invita a ello, incluidas las salas de reunion.Somos hijas del REY de los REYES y no nos podemos permitir ensuciar su gran nombre con nuestros actos. Es nuestra responsabilidad ayudarle a soportar la gran pesada carga que lleva a sus espaldas y amarle en cada uno y pequeño acto que se nos presente.EL nos ama tanto.Yo tambien os pido perdon e intentare que no se vuelva a repetir, por amor a lo mas grande que ha pasado por mi vida: mi maestro MAWLANA.
Querida Nashma.
ResponderEliminarGracias por tu reflexión, pues espero y deseo que nos haga a todos tomar conciencia de la importancia de ser considerados. También espero y deseo que esto nos haga ser más responsables,y que si todos ponemos un poquito de nuestra parte, no es ningún trabajo dejar las salas tan limpias o más que cuando las encontramos. Creo que esto debe formar parte del trabajo personal que todos y cada uno debemos hacer para quitar la mugre que muchas veces enturbia nuestra luz. Por eso, agradezco a Mabruka su propuesta de organizar los turnos. Creo sinceramente que a todos nos ha parecido una idea estupenda, pues sin organización las cosas no suelen funcionar, y para esto Mabruka es única.
Muchos besos y hasta pronto
Recibido Nashma y demás comentaristas. Aparte de turnos que me parece muy apropiado. Por mi parte este viernes no me iré sin recoger los bártulos y la basura de mi vecino (además de los míos claro). Si todos hacemos lo mismo seguro que no queda nada.
ResponderEliminarSalams. Insallah nos veamos mañana
BRR
ResponderEliminarGracias Najhma por compartirnos y hacernos partícipes de estas pequeñas grandes cosas q a veces se nos olvidan. Inshallah hasta el próximo viernes, un abrazo.